Se me están acabando los argumentos y siento como empuñan sus respectivas armas con más firmeza. Es cierto que mi tío y yo nos queríamos mucho, pero apenas podíamos ponernos al día por culpa de mis padres.
Y esto ahora me deja en la situación de ser "El Dustin Rice Falso Número Nosecuantos".
No se por qué me sorprendo tanto, la vida siempre ha agitado la felicidad delante de mi para apartarla una vez que alargo el brazo. Ya no tengo ganas ni de llorar.
- Si vais a matarme hacedlo rápido.
- ¿¿Puedo?? -Pregunta la asiática con cierto tono de emoción. Encima...
Ya estoy listo para recibir a la muerte. Pues claro que no me hace ninguna gracia, pero hace años aprendí que darse por vencido a tiempo es menos doloroso que seguir intentándolo.
...
¿¿Pero qué coño estoy diciendo?? ¿¿Qué diría Atlas si supiera que me rindo sin más??
Por suerte la latina se ha llevado a su amiga la cocina para discutir, aunque no se qué estarán rumiando. No me lo pienso dos veces y comienzo a desatarme la cuerda de los pies, y con algo de esfuerzo consigo aflojarla lo bastante como para quitármela.
Salto del sillón y corro hacia la puerta, pero al abrirla me topo con una tercera persona: Un chico de apenas metro y cuarto de altura, rubio y con unas gafas grandes y redondas que hacen que sus ojos marrones se vean amplificados. Va cargado con un par de bolsas de la compra y parece bastante sorprendido de verme.
- ... ¿Dustin?
No se de qué me conocerá este crío pero bendito sea, porque las chicas se han dado cuenta de que me he escapado y han ido corriendo a por mi blandiendo sus armas.
- ¡¡Eh, eh, quietas!! Este es el de verdad.
- ... Ah, ¿si? -Paran en seco.
- ¿No lo mato?
- Nunca olvido una cara. ¡Pero no nos quedemos aquí parados, hace mucho frío! -Me empuja suavemente con el codo para que vuelva a entrar en la casa y va a la cocina a dejar las bolsas.- Vamos, tomad asiento. Procederé a la lectura del testamento.
Los otros tres obedecemos y nos sentamos cada uno en un sillón, quedando así en una formación cuadrada donde falta un hueco por llenar. Las chicas se quitan las máscaras y puedo ver sus caras al fin.
Los rasgados ojos negros de la chica asiática me miran con desconfianza a pesar de que (aparentemente) la situación se ha resuelto. Y no me fijé antes porque estaba muy asustado, pero tiene un cabello increíblemente largo recogido en un par de trenzas.
Los ojos verdes de la otra, por el contrario, han clavado su vista en la cocina. No se si tiene el cabello negro o marrón, se me hace difícil saberlo con esas mechas rosas. Parece que le haya soplado un vendaval...
El chico regresa de la cocina quitándose el abrigo, y sin él parece aun más pequeño de lo que ya es. Toma un sobre que hay encima de la chimenea y lo abre mientras se sienta en el hueco que faltaba por llenar.
- Nos saltaremos la presentación e iremos directamente a la parte que nos importa. De todos modos nunca he sido de letras, y no creo que ninguno de nosotros entienda estos tecnicismos.
Después de recibir nuestra confirmación, carraspea antes de iniciar por fin su lectura de la última voluntad de mi tío. Ahora que me paro a escucharlo noto que tiene cierto acento ruso...
- Por la presente declaro a mi sobrino, Dustin Rice, -Por las marcas de dicho sobre y la soltura con la que lee yo diría que éste niño ya ha examinado la carta antes.- heredero de mi residencia, de la totalidad de mi capital y del cargo de director de Pirikov SA.
- Un momento, a mi nadie me dijo nada de dirigir ninguna empresa...
El joven levanta la vista de la carta y me dedica una sonrisa que quizás trata de ser tranquilizadora, pero conmigo no funciona.
- No te preocupes por eso, Dustin, tu nombre solo figura de forma simbólica.
- ¿C-cómo que simbólica? Oye, yo no quiero meterme en líos y esto que has dicho suena muy... -Busco la palabra en español, pero no me sale.- Shady.
- Te garantizo que no está pasando nada turbio. Es solo que actualmente no es legal afirmar que la empresa es mía.
... Me estás jodiendo, ¿verdad? Estoy tan alucinado que el chico aprovecha para seguir leyendo el testamento.
- Del mismo modo, éste deberá asumir la tutela de mis hijos Baviera Rice, Hikari Rice y Oliver Rice, así como la manutención y cuidados del señor...
- ¡¡Espera, aun no me has explicado todo el rollo de la empresa!! -Estoy tan confuso e indignado que me pongo de pie.- ¡¡Y no pienso ser el tutor legal de nadie, sólo tengo 22 años!! Además, ¿¿desde cuando mi tío tiene hijos?? ¿¿Y por qué vais por ahí parando trampas y amenazando a la gente?? ¿¿Y cómo coño...??
El niño (¿Oliver?) también se pone de pie y frota mi brazo para intentar calmarme. Las otras dos se han inclinado para susurrar entre ellas.
- ¿Lo mato ya?
- ¡Que no, cansina!
- Dustin. -El chico trata de ignorarlas.- Se que tienes muchas preguntas, pero acabas de llegar de un viaje muy largo y no creo que sea bueno saturarte con tantas respuestas.
- ¿¿Y qué esperas que haga?? ¿¿Asentir a todo sin cuestionar nada??
- De momento vamos a tomar un té. -Esto lo dice quitándome mi alforja.- Deja que te ayude con tu equipaje...
La aparto de él de un manotazo y me alejo un par de pasos. No puedo ni expresar con palabras lo que siento ahora mismo. Me iré de aquí, buscare a Atlas y...
Siento un golpe seco en mi nuca. Poco antes de perder el conocimiento del todo oigo las voces de Hikari y Baviera.
- Pegarle si que puedo, ¿no?
- Eres idiota...
Y esto ahora me deja en la situación de ser "El Dustin Rice Falso Número Nosecuantos".
No se por qué me sorprendo tanto, la vida siempre ha agitado la felicidad delante de mi para apartarla una vez que alargo el brazo. Ya no tengo ganas ni de llorar.
- Si vais a matarme hacedlo rápido.
- ¿¿Puedo?? -Pregunta la asiática con cierto tono de emoción. Encima...
Ya estoy listo para recibir a la muerte. Pues claro que no me hace ninguna gracia, pero hace años aprendí que darse por vencido a tiempo es menos doloroso que seguir intentándolo.
...
¿¿Pero qué coño estoy diciendo?? ¿¿Qué diría Atlas si supiera que me rindo sin más??
Por suerte la latina se ha llevado a su amiga la cocina para discutir, aunque no se qué estarán rumiando. No me lo pienso dos veces y comienzo a desatarme la cuerda de los pies, y con algo de esfuerzo consigo aflojarla lo bastante como para quitármela.
Salto del sillón y corro hacia la puerta, pero al abrirla me topo con una tercera persona: Un chico de apenas metro y cuarto de altura, rubio y con unas gafas grandes y redondas que hacen que sus ojos marrones se vean amplificados. Va cargado con un par de bolsas de la compra y parece bastante sorprendido de verme.
- ... ¿Dustin?
No se de qué me conocerá este crío pero bendito sea, porque las chicas se han dado cuenta de que me he escapado y han ido corriendo a por mi blandiendo sus armas.
- ¡¡Eh, eh, quietas!! Este es el de verdad.
- ... Ah, ¿si? -Paran en seco.
- ¿No lo mato?
- Nunca olvido una cara. ¡Pero no nos quedemos aquí parados, hace mucho frío! -Me empuja suavemente con el codo para que vuelva a entrar en la casa y va a la cocina a dejar las bolsas.- Vamos, tomad asiento. Procederé a la lectura del testamento.
Los otros tres obedecemos y nos sentamos cada uno en un sillón, quedando así en una formación cuadrada donde falta un hueco por llenar. Las chicas se quitan las máscaras y puedo ver sus caras al fin.
Los rasgados ojos negros de la chica asiática me miran con desconfianza a pesar de que (aparentemente) la situación se ha resuelto. Y no me fijé antes porque estaba muy asustado, pero tiene un cabello increíblemente largo recogido en un par de trenzas.
Los ojos verdes de la otra, por el contrario, han clavado su vista en la cocina. No se si tiene el cabello negro o marrón, se me hace difícil saberlo con esas mechas rosas. Parece que le haya soplado un vendaval...
El chico regresa de la cocina quitándose el abrigo, y sin él parece aun más pequeño de lo que ya es. Toma un sobre que hay encima de la chimenea y lo abre mientras se sienta en el hueco que faltaba por llenar.
- Nos saltaremos la presentación e iremos directamente a la parte que nos importa. De todos modos nunca he sido de letras, y no creo que ninguno de nosotros entienda estos tecnicismos.
Después de recibir nuestra confirmación, carraspea antes de iniciar por fin su lectura de la última voluntad de mi tío. Ahora que me paro a escucharlo noto que tiene cierto acento ruso...
- Por la presente declaro a mi sobrino, Dustin Rice, -Por las marcas de dicho sobre y la soltura con la que lee yo diría que éste niño ya ha examinado la carta antes.- heredero de mi residencia, de la totalidad de mi capital y del cargo de director de Pirikov SA.
- Un momento, a mi nadie me dijo nada de dirigir ninguna empresa...
El joven levanta la vista de la carta y me dedica una sonrisa que quizás trata de ser tranquilizadora, pero conmigo no funciona.
- No te preocupes por eso, Dustin, tu nombre solo figura de forma simbólica.
- ¿C-cómo que simbólica? Oye, yo no quiero meterme en líos y esto que has dicho suena muy... -Busco la palabra en español, pero no me sale.- Shady.
- Te garantizo que no está pasando nada turbio. Es solo que actualmente no es legal afirmar que la empresa es mía.
... Me estás jodiendo, ¿verdad? Estoy tan alucinado que el chico aprovecha para seguir leyendo el testamento.
- Del mismo modo, éste deberá asumir la tutela de mis hijos Baviera Rice, Hikari Rice y Oliver Rice, así como la manutención y cuidados del señor...
- ¡¡Espera, aun no me has explicado todo el rollo de la empresa!! -Estoy tan confuso e indignado que me pongo de pie.- ¡¡Y no pienso ser el tutor legal de nadie, sólo tengo 22 años!! Además, ¿¿desde cuando mi tío tiene hijos?? ¿¿Y por qué vais por ahí parando trampas y amenazando a la gente?? ¿¿Y cómo coño...??
El niño (¿Oliver?) también se pone de pie y frota mi brazo para intentar calmarme. Las otras dos se han inclinado para susurrar entre ellas.
- ¿Lo mato ya?
- ¡Que no, cansina!
- Dustin. -El chico trata de ignorarlas.- Se que tienes muchas preguntas, pero acabas de llegar de un viaje muy largo y no creo que sea bueno saturarte con tantas respuestas.
- ¿¿Y qué esperas que haga?? ¿¿Asentir a todo sin cuestionar nada??
- De momento vamos a tomar un té. -Esto lo dice quitándome mi alforja.- Deja que te ayude con tu equipaje...
La aparto de él de un manotazo y me alejo un par de pasos. No puedo ni expresar con palabras lo que siento ahora mismo. Me iré de aquí, buscare a Atlas y...
Siento un golpe seco en mi nuca. Poco antes de perder el conocimiento del todo oigo las voces de Hikari y Baviera.
- Pegarle si que puedo, ¿no?
- Eres idiota...
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