Cada vez me cuesta más respirar, no se si por el humo o la ansiedad, pero eso no me va a detener. Aun con los brazos heridos logro apartar las maletas de mi camino hasta encontrar a Celia, que está inconsciente y con un montón de sangre saliendo de su cabeza.
- ¡¡Celia!! -Me arrodillo junto a ella y la tomo en mis brazos.- Cariño, por favor, despierta... Tenemos que salir de aquí...
No reacciona. No respira. Busco su pulso, pero no lo encuentro. Examino más de cerca la herida...
Está muerta.
- Celia... Celia, mi amor, no me hagas esto... No puedo vivir sin ti... Celia...
La voluntad que tenía hasta ahora se ha desvanecido. Los gritos de los demás pasajeros, los escombros cayendo a mi alrededor, el fuego... Ya no hay voluntad, solo miedo. Miedo a estar solo, miedo al dolor, miedo a morir.
Se me nubla la vista por el humo y las lágrimas, todo tiembla a mi alrededor. Estoy indefenso, no tengo a nadie...
- お母さん…お父さん…
... ¿Okasan? ¿Otosan? Creo que eso significa "Mamá y Papá". Hay una niña llamando a sus padres, llorando igual que yo.
Espera, Baviera... Nos está esperando en casa de Daniel... Si me rindo ahora se va a quedar sola...
¡Ni hablar, voy a salir de aquí! ¡Voy a sobrevivir! ¡Mi niña me necesita!
- Papá... Papá, ¿me oyes?
Ya puedo oírla, se que está cerca...
- ¿Quieres que le tire un pomelo, a ver si despierta?
- ¡Doctor!
... ¿Qué?
Vuelvo poco a poco a la realidad, y lo primero que veo es a mi adorada Baviera inclinada sobre mi. Mi reacción instantánea es sentarla en mi regazo y llenarle la cara de besos, ante lo cual ella ríe algo avergonzada.
- ¡Ya, papá, yo también te quiero!
Después de darle a mi niña los mimos que merece echo un vistazo a mi alrededor. Estamos en el salón de Daniel, y al igual que yo hay tres personas sentadas frente a mi: Mi querida Hikari, un muchacho al que no conozco de nada... Y el Doctor Novikov.
Sin duda luce muchísimo más joven, pero tiene la misma cara de haber olido una mierda que ha tenido siempre. Ha encendido su antigua pipa, la cual retocó para que soltara vapor y burbujas en lugar de humo. Daniel y Celia solían decir que solo fuma cuando está especialmente molesto.
... Y todas las veces que he venido de visita lo he visto fumando.
... Y todas las veces que he venido de visita lo he visto fumando.
- Bueno. -Me mira con el ceño fruncido después de echar una calada.- Ahora que estás mas tranquilo, ¿me vas a decir qué te pasaba antes?
- ¿¿Usted qué cree?? Condenado viejo, no se ni por donde empezar...
- ¿¿Usted qué cree?? Condenado viejo, no se ni por donde empezar...
- En ese caso lo haré yo: Te preguntarás como he acabado con este aspecto.
- Si no le importa explicármelo... -Si a estas alturas no está acostumbrado a mi sarcasmo que se joda.
El
anciano (aunque creo que debería dejar de llamarle así) toma otra
calada, esta vez más larga que la anterior, y la suelta hacia el techo mientras piensa su respuesta. El ambiente se llena de burbujas según hablamos.
- Cuando Daniel fue diagnosticado con cáncer ya era demasiado tarde, pues su estado era maligno. Por eso decidí retomar mi proyecto de rejuvenecimiento celular. Pensé que si retrocedía el cuerpo de Daniel un par de años en el tiempo, conseguiría que el tumor regresara a un estado benigno. El problema es que solo había sido probado con animales pequeños, así que tuve que hacer unos cuantos retoques. Como no quise arriesgar la vida de Daniel la probé yo mismo, "siete años serán suficientes", pensé. Idiota de mi, no ajusté bien la máquina y fueron setenta y siete.
Bien, ahora no solo estoy enfadado, estoy iracundo. Pero trato de hablar con calma para no asustar a Baviera.
- ¿¿Por qué no la usó con Daniel, si al final funcionó??
- Buah, se nota que no lo viste cuando salió. -Ahora es Hikari quien me responde.- Estaba raquítico y tenía la piel en carne viva, como un feto. Daba mucho asquito y casi la palma, menos mal que estaba yo en casa.
- Después de unos meses vuelvo a tener un peso ideal y pulmones cien por cien funcionales, pero no me he librado de mis defectos de abuelo. -Esto lo dice abriendo la boca y sacando una pequeña dentadura postiza, que tras mostrar un poco introduce de nuevo. Gracias por esta imagen que no necesitaba ver...- Y mejor no te enseño el resto, hay chicas delante. El caso es que, sabiendo esto, ¿tú habrías metido a Daniel ahí?
No, la verdad. Jamás le habría hecho daño a mi mejor amigo. Me dejo caer en el sillón y limpio el sudor de mi frente. Este día me está matando...
- Igualmente debió avisarme de su muerte, he tenido que enterarme por las noticias.
- ... ¿Qué? ¿No llegó mi mensaje? Asumí que estabas demasiado deprimido como para ir al funeral.
- ¿¿Cómo no iba a ir?? ¿¿Por quién me toma?? Y no, no me llegó ningún mensaje. Conociendo a mis enfermeros seguro que lo hicieron a propósito, me tratan como si fuera de cristal...
- Lo eras cuando ingresaste.
- ¡Pero ya no!
Aun así, digamos que tuve que mentir un poco para que me dieran el alta. Pero eso no tiene por qué saberlo, solo tengo una cosa en mente...
- Y ahora que he vuelto, me voy a llevar a Baviera conmigo a México.
- ¿Por qué no te quedas tú? -Comenta ella.- Para lo que me queda aquí antes de la gira, mudarme otra vez sería una tontería.
Bueno, esto definitivamente es un problema. Por un lado no puedo decirle que no a la niña de mis ojos, pero por el otro... Tendría que convivir con el Doctor Novikov. Y creo que a ninguno de los dos le apasiona la idea.
- Que decida Dustin. -Indica el Doctor- Al fin y al cabo, tanto la casa como la tutela de Baviera son ahora suyas.
Entonces señala al chico que no reconocía. Ah, ¿así que este es el sobrino del que siempre nos hablaba? Lo cierto es que si que se parecen un poco, aunque su nariz es distinta y el cabello del jóven es rojizo en lugar rubio. Por desgracia está muy pálido y tiene unas ojeras tremendas, debe haberlo pasado fatal...
- Yo digo que se queden ambos. -Contesta sin dudarlo.- Baviera tiene aquí a sus amigos y su estudio de música. Además, no quiero que se separen. Ojalá mi relación con mi padre fuera tan buena como la suya...
Pobre criatura, ¿cómo me voy a negar? Supongo que tendré que hacer de tripas corazón y aceptar este trato. Y mas le vale al Doctor Novikov hacer lo mismo.
- En ese caso Baviera y Hikari te ayudarán a buscar un dormitorio a tu gusto. Dustin se queda aquí, pues imagino que estará muy confuso y querrá algunas explicaciones.
¡No me lo pienso dos veces! Cuanto antes le pierda de vista, mejor. Las chicas me toman de los brazos y me acompañan al piso de arriba.
- Creo que tenemos el sitio ideal para ti, ¡tiene cuarto de baño propio y la cama da masajes!
- ¡Y mañana jugaremos a un montón de cosas juntos!
Ay, cómo las amo...
Quizás la estancia me sea mas agradable de lo que creo.
- Igualmente debió avisarme de su muerte, he tenido que enterarme por las noticias.
- ... ¿Qué? ¿No llegó mi mensaje? Asumí que estabas demasiado deprimido como para ir al funeral.
- ¿¿Cómo no iba a ir?? ¿¿Por quién me toma?? Y no, no me llegó ningún mensaje. Conociendo a mis enfermeros seguro que lo hicieron a propósito, me tratan como si fuera de cristal...
- Lo eras cuando ingresaste.
- ¡Pero ya no!
Aun así, digamos que tuve que mentir un poco para que me dieran el alta. Pero eso no tiene por qué saberlo, solo tengo una cosa en mente...
- Y ahora que he vuelto, me voy a llevar a Baviera conmigo a México.
- ¿Por qué no te quedas tú? -Comenta ella.- Para lo que me queda aquí antes de la gira, mudarme otra vez sería una tontería.
Bueno, esto definitivamente es un problema. Por un lado no puedo decirle que no a la niña de mis ojos, pero por el otro... Tendría que convivir con el Doctor Novikov. Y creo que a ninguno de los dos le apasiona la idea.
- Que decida Dustin. -Indica el Doctor- Al fin y al cabo, tanto la casa como la tutela de Baviera son ahora suyas.
Entonces señala al chico que no reconocía. Ah, ¿así que este es el sobrino del que siempre nos hablaba? Lo cierto es que si que se parecen un poco, aunque su nariz es distinta y el cabello del jóven es rojizo en lugar rubio. Por desgracia está muy pálido y tiene unas ojeras tremendas, debe haberlo pasado fatal...
- Yo digo que se queden ambos. -Contesta sin dudarlo.- Baviera tiene aquí a sus amigos y su estudio de música. Además, no quiero que se separen. Ojalá mi relación con mi padre fuera tan buena como la suya...
Pobre criatura, ¿cómo me voy a negar? Supongo que tendré que hacer de tripas corazón y aceptar este trato. Y mas le vale al Doctor Novikov hacer lo mismo.
- En ese caso Baviera y Hikari te ayudarán a buscar un dormitorio a tu gusto. Dustin se queda aquí, pues imagino que estará muy confuso y querrá algunas explicaciones.
¡No me lo pienso dos veces! Cuanto antes le pierda de vista, mejor. Las chicas me toman de los brazos y me acompañan al piso de arriba.
- Creo que tenemos el sitio ideal para ti, ¡tiene cuarto de baño propio y la cama da masajes!
- ¡Y mañana jugaremos a un montón de cosas juntos!
Ay, cómo las amo...
Quizás la estancia me sea mas agradable de lo que creo.
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