¡Madre mía, menuda tormenta! Desde mi ventana miro como los demás niños corren de vuelta a sus casas. Será mejor que avise a Schmetterling de que se abrigue para la despedida...
Voy a su habitación, pero me topo con mi madre y no me deja pasar. Trato de esquivarla un par de veces, pero ella es más rápida...
- ¡Jo, mamá!
- Aun se está arreglando, Dustin, dale un poco de espacio.
- ¡Pero se marcha esta tarde, quiero estar con ella todo el tiempo que pueda! Porfi...
Por la carita de pena que ha puesto yo diría que me he salido con la mía. Me acaricia las mejillas y me da un beso en la frente antes de abrir la puerta. No me lo pienso dos veces y entro corriendo para abrazar a mi hermana.
- ¡Hola, peque! -Me levanta y me hace dar vueltas en el aire.
¡¡Está preciosa!! Se ha recogido en cabello en dos coletas, se ha puesto una blusa azul y lleva pantalones negros. A papá no le va a hacer ninguna gracia que vista de forma tan masculina, pero a Schmetterling siempre le ha dado igual lo que opinen de ella.
Es tan guay... ¡Cuando tenga su edad quiero ser así de chulo!
- Te voy a echar tanto de menos, enano...
- ¿No vendrás a verme?
- ¡Pues claro que si! Y cuando llegue tu Rumspringa tú también vendrás con nosotros.
Con "nosotros" se refiere, obviamente, al tío Daniel y ella. Bueno, y al señor este que ha venido con él. Es un abuelo muy majo, bajito, rechoncho y con gafas, aunque ya no me acuerdo de cómo se llama... Se lo preguntaré la próxima vez que le vea.
- Jo, van a ser cinco años muy largos...
- Lo se. Si te soy sincera, eres literalmente el único motivo por el que no me iría.
- ¿Seguro que no hay nada más? ¿No te lo quieres pensar mejor?
No debería ser tan egoísta de intentar que se quede, pero es que... Es mi mejor amiga. Es la única que me entiende al margen del tío Daniel, y no se enfada conmigo cuando construyo mis inventos o le hablo de mis libros. Ojalá pudiera irme a España con ellos...
- Bueno... Supongo que la trucha a la manzana de mamá.
- ¡Puagh, ¿en serio?! ¡Tienes el gusto en el culo!
- ¡Oye, esa boca! -Me alborota el pelo soltando una carcajada.- Como te oiga papá...
Trato de arreglarme el cabello varias veces, pero ella me lo vuelve a despeinar a propósito. La aparto de un manotazo y le saco la lengua, y cuando intenta molestarme otra vez salgo corriendo de la habitación.
- ¡Voy a por la caña que hice el otro día! ¡Pescaré una trucha para que mamá te la prepare!
- Espera, Dustin... ¡Dustin! -Sale corriendo detrás de mi.- ¡No puedes ir al río con este tiempo, te vas a resfriar!
Oh no... Es verdad, la tormenta... El agua corría con mucha fuerza ese día... Me caí, y mi hermana nadó para salvarme... Hacía mucho frío, acabó con una pulmonía...
Schmetterling murió por mi culpa.
Y con ese pensamiento abro los ojos en medio de la noche. No se qué hora es, pero las lágrimas me han desvelado lo suficiente como para no importarme. Me levanto, voy al cuarto de baño a lavarme la cara y decido dar un paseo por la casa.
Me quedo un rato en la sala de entrenamiento de Hikari y pruebo un par de videojuegos. Compruebo que se me dan fatal los videojuegos.
Me asomo al estudio de música y toco un poco la guitarra. Entonces recuerdo que no se tocar la guitarra.
Y no estoy de humor para ir al laboratorio, honestamente. Pensar en la ciencia me hace recordar que pronto comenzaré los estudios y que no tengo ninguna experiencia académica previa. Por no hablar de mis nulas habilidades sociales.
Supongo que ya va siendo hora de explorar la planta de arriba, ¿no? Debe de haber algo más que dormitorios allí...
...
Pues si, no hay nada más que eso. A excepción de Oliver y el tío Daniel, cuyos dormitorios están en la planta baja, aquí se encuentran el cuarto de Baviera, el de Hikari, el de Dionisio y... Una habitación que aun no he visto. Entro con cuidado de no hacer mucho ruido y enciendo la luz.
Oh, es un sitio muy bonito. Los muebles son de color blanco y celeste y hay varias macetas con plantas repartidas por ahí, entre ellas jazmines. Sobre la cama hay un par de peluches y en las paredes alguna foto con paisajes de bosques y playas.
- Veo que has encontrado el cuarto de Schmetterling.
Al girarme veo que Oliver me sonríe con un aire muy triste. Entra y se sienta en la cama, invitándome a su lado y dejando la petaca que llevaba con él en la mesita de noche.
- O lo habría sido si hubiese llegado a hacer su Rumspringa aquí. Tu tío llevaba meses preparándolo todo para ella.
- Lo siento...
- ¿Por qué?
- Si yo no...
- Ni hablar. -El científico me tapa la boca con el dedo índice y me mira muy seriamente.- No pienso permitir que te lo creas. Yo estaba ahí ese día, Dustin, se lo que pasó y tú no hiciste nada malo.
Una parte de mi quiere creerle, en serio. Pero la otra siempre me está fustigando con todo lo que no se hacer, todo lo que me sale mal y todas las cosas que son culpa mía.
Me dejo caer sobre la cama con los brazos extendidos, mirando fijamente un decorativo colgante con flores y mariposas. Si, definitivamente le habría encantado este cuarto.
- ¿Cómo se supera esto, Oliver?
- ... No se supera. -Imita mis acciones tumbándose a mi lado.- Piensas en ello todos los días, imaginas lo que pudo haber sido de otro modo y al final, simplemente, aprendes a vivir con ello.
- Suena a que tuviste que aprenderlo.
- Aun lo estoy haciendo. Tu tío y Celia eran lo más parecido que he tenido nunca a una familia... Contando a Hikari, claro.
- Si, me contaste que eras huérfano... ¿cómo pasó?
- Mi madre no sobrevivió al parto y mi padre murió en la batalla de Stalingrado. Para cuando llegué al mundo ya estaba solo.
- Perdón...
- ¡Deja de disculparte por todo!
- Perd... Me sale solo.
- Imagino. -Me acaricia la cabeza.- Tenemos que trabajar eso, hay que hacer que vuelvas a quererte.
Le sonrío débilmente y acerco la cabeza para que me mime con más comodidad. Al hacer esto mi vista queda en dirección a la petaca de antes.
- ... Oye, tú no beberás alcohol, ¿verdad? Ya de por si me parece mal que fumes...
- No es tabaco de verdad, solo vapor con nicotina.
- ¿Y qué bebes?
- Bebidas cafeínadas, me ayudan a aguantar las noches de investigación.
- Quizás deberías... No se, ¿investigar de día y dormir de noche?
- Te recuerdo que no tengo once años de verdad.
- Tu cuerpo si, y supongo que quieres que te dure.
- Aaaagh, no empieces como Hikari...
Me esfuerzo por aguantarme la risa. ¿Qué le hago, si con esas pintas y la actitud rebelde se me olvida que es un abuelo?
- ¿Y qué bebes?
- Bebidas cafeínadas, me ayudan a aguantar las noches de investigación.
- Quizás deberías... No se, ¿investigar de día y dormir de noche?
- Te recuerdo que no tengo once años de verdad.
- Tu cuerpo si, y supongo que quieres que te dure.
- Aaaagh, no empieces como Hikari...
Me esfuerzo por aguantarme la risa. ¿Qué le hago, si con esas pintas y la actitud rebelde se me olvida que es un abuelo?
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