Capítulo 19: La Primera Fotografía.

Después de colocar los sillones en la posición cuadrada de siempre, los miembros de esta familia toman asiento y yo observo desde fuera del círculo. Me tiembla todo, pero por mis cojones que de aquí no se va nadie hasta que el tema quede zanjado.

Bueno, hay mas de un tema, pero vamos poco a poco. Como si nos quedamos a las tantas de la madrugada, pero prefiero dormir poco que no dormir nada.

- Baviera, tú eres la única que no le ha faltado el respeto a nadie y hasta cierto punto me has ayudado a mediar, así que mereces ser la primera.

Ella asiente agradecida y toma aire antes de hablar, mirando fijamente a Dionisio.

- Papá, entiendo que sufras tanto por mi. Lo que os pasó a mamá y a ti fue... Fue horrible. Ambos tuvimos que ir a terapia, pero está claro que solo yo lo he superado. Me duele que nos hayas mentido así sobre tu salud mental. Y me duele que no quieras que me vaya de gira, porque llevo planeándola desde que me dijiste que estabas haciendo progresos. Créeme que, de haber sabido que aun tienes problemas, la habría aplazado unos años más. Y estoy por hacerlo, viendo el plan que llevamos...
- ¡No! -Se pone pie, pero lo amenazo con la cuchara para que se siente.- Vale, vale, no te enfades... Mi niña, no quiero que canceles esto, ¡es tu sueño! ¡Andas como loca por ello desde que eras bien pequeñita! ¡Comenzaste a tocar a los cuatro años! ¡A los diez me mandaste una copia de tu primera canción! -Supongo que recordar esos momentos ha hecho que se ponga a llorar otra vez, aunque ahora está mucho más tranquilo.- Lo siento, lo siento tantísimo mi amor, me dejé llevar por el miedo... Y te voy a echar mucho de menos cuando te vayas, ¡habrá noches que no podré ni dormir pensando en ti! Pero debo aceptarlo. Quiero que seas feliz.
- ... Anda, levántate y abrázala. -Que no soy de piedra.

Les doy unos minutos para que se estrechen mutuamente. Si, toma bastante tiempo. Se susurran palabras de consuelo el uno al otro, se dan besos en la cara y en el cabello, se frotan las espaldas. Espero a que terminen de expresar su cariño y vuelven a sus asientos.

-  Todavía te queda alguien con quien hablar, ¿verdad?

Baviera me dedica otra sonrisa y mira a Hikari. La japonesa por su parte baja la mirada, bastante avergonzada.

- Pedazo de tonta del bote, ¿cómo iba a pillarme de otra chica que no seas tú? -Se levanta y va a revolverle el pelo.- ¿Cómo iba a mirar a otra mujer a los ojos y sentir lo que tú me haces sentir? No deberías ser tan insegura... -Se arrodilla frente a ella y besa sus manos.- Y créeme, esto funcionará. ¡Hablaremos todos los días! Y te enviaré muchos recuerdos y merchandising del que te mola.
- P-perdón... -Su cara se tuerce en una mueca al tratar de contener las lágrimas, pero con otro beso de Baviera en las manos termina por soltarlas.- ¡E-es que tú eres casi una adulta y yo todavía soy una cría! Pensaba que conocerías... A una tía más madura que yo, m-más lista y más guapa... Y querrías cambiar de pareja, ¡tengo la cara llena de granos, c-coño!
- ¡Eres mucho más madura de lo que piensas! ¡Y muy lista! Fuiste tú quién se dio cuenta de que algo no andaba bien con los vecinos. -Se pone de pie y acaricia su cara con las dos manos.- Nos conocemos desde crías, Hikari. Eres mi mejor amiga y mi alma gemela. Y dos años no son para tanto, no eres taaaan pequeña. Además, piensa que todavía no me voy.
- V-verdad... ¡Pero prométeme que vamos a tener muchas citas desde hoy!
- ¡Todas las que quieras! -Le da un beso en los labios, y ellas también se toman su tiempo para darse mimos y susurros.

Jo, esto me ha puesto blandito. Quiero que lo mío con Nathan funcione...

No, Dustin, no es el momento de ser gay ahora. Aun quedan asuntos que resolver.

- Ya que estamos, Hikari, ¿por qué no tienes unas palabras con Oliver?

Le da un último beso a Baviera antes de que vuelva a su sitio, y mira unos segundos al Doctor hasta que se levanta como un rayo y se lanza a sus brazos.

- ¡Pues claro que soy tu hija! ¡Lo de antes lo dije porque estaba cabreada! ¡Eres el mejor padre del mundo y te quiero muchísimo! -Se separa un poco.- Pero nos pasa lo mismo que a Baviera y Dionisio, ¿no lo ves? Tienes un problema, papá... -El rubio va abrir la boca en señal de protesta, pero creo que mi mirada asesina es el mensaje que necesita para que se calle.- Se perfectamente que bebes, y que no duermes, y que te matas a trabajar en cualquier gilipollez por tal de no pensar que tienes un problema. Quiero que vayas a terapia. Y que dejes de auto-destruirte. Por favor... Hazlo por mi...

Bien, bien, por fin Oliver llora. Llevo desde que empezó todo este drama esperando a que lo soltara todo en algún momento, así que mando a los demás a callarse con la mirada y dejo que se desahogue.

Se abraza con fuerza a Hikari, con la cara contra su pecho. No es un llanto de alivio, como el de Dionisio, ni un llanto de vergüenza como el de Hikari. Es un llanto amargo, roto, desesperado.

- Los conocí en Mexico cuando tenían tu edad, durante el Rumspringa de Daniel... Y eran tan pequeños pero tan, ¡tan listos!... -Los sollozos le impiden hablar fluidamente.- Les vi crecer y aprender conmigo... Se sacaron sus carreras, montamos la empresa juntos... Por primera vez en mi vida tenía una familia. -Entonces llora con más intensidad.- ¡Pero Celia se fue! ¡Y ni siquiera pude decirle adiós! ¡Y a Daniel lo vi morir lentamente sin hacer nada! ¡Hoy estabas hecha pedazos delante de mi y... Y era todo culpa mía...! ¡Perdón! ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho, no valgo para nada!
- ¡Si que vales! -Hikari lo sacude un poco, llorando con bastantes ganas también.- ¡Me has convertido en la tía más guay del instituto! ¡Me has enseñado muchas cosas! ¡Vales muchísimo, papá, no quiero que lo olvides!

Ya no dicen nada más, aunque después de unos minutos de consuelo me doy cuenta de que Dionisio está algo movidito en su asiento. Así que decido darle la palabra con una sonrisa.

- Doctor... -Se levanta y se acerca un poco al asiento de Oliver, aunque manteniendo cierta distancia.- Es normal que no sienta mucho agrado por mi. Cuando nos conocimos yo era un pedazo de mierda y un vividor. Y si, tiene razón, ¡no me querían en mi casa! Pero Celia y Daniel vieron lo que nadie vio en mi... Y me ayudaron a cambiar. Se esforzaron mucho en que estudiase, que buscase un trabajo, que pensara en los demás... Lo único que no consiguieron fue reconciliarme con mis padres, y supongo que por eso siempre he tenido tanta envidia de usted... Tenía la familia que yo anhelaba tener, y tenían una unión especial que yo no tenía hasta que nació Baviera. Siempre los he visto y los veré como a sus hijos.

Oliver parece muy sorprendido, así que le toma un tiempo asimilar lo que está oyendo. Aparta a Hikari con un último abrazo afectuoso y se levanta para colocarse frente a Dionisio. Aun hay cierta distancia, pero menor que antes.

- ... Yo también tengo envidia de ti. Si, eran como mis hijos, pero no mis colegas. Admito que quizás me daba un poco de rabia ver como ambos bebían los vientos por ti. Y oíros por las noches no ayudaba. -Ambos padres ríen incómodamente.

... Espera, ¿significa eso que mi tío Daniel y Dionisio...? No, mejor lo pregunto otro día.

- Eso si, quiero que tengas presente una cosa. -Se pone muy serio.- Fuiste muy valiente, hiciste todo lo que pudiste por Celia y encima rescataste a Hikari. En lo que a mi respecta, también eres hijo mío. Y vales mil veces más que yo.
- ¡N-no, usted vale mucho más que yo!
- ¡No me repliques, te he dicho que...!

Emito un carraspeo que los emnudece de inmediato. Oye, podría acostumbrarme a esta sensación de poder que tengo ahora mismo. No puedo evitar sonreír ante la idea.

- ¿Por qué no os abrazáis de una vez?

Oliver luce visiblemente incómodo, pero Dionisio no se lo piensa dos veces antes de levantarlo y darle un fuerte achuchón, ¡incluso le planta un par de besos! Las chicas y yo reímos por lo bajo al ver la cara de asco del Doctor.

-  En fin, ahora que el círculo se ha cerrado... -Dejo la olla y la cuchara en el suelo y me desperezo.- Me voy a ir a dormir. Estoy derrotado y necesito desc...

Pero antes de que pueda irme a ninguna parte, los cuatro se abalanzan sobre mi y me abrazan cada uno por un lado.

- Gracias... -Dionisio me cubre por detrás.
- No habríamos podido arreglar esto sin ti. -Baviera me acaricia el pelo.
- ¡Tú no te vas sin tu sesión de mimos! -Hikari me besa por toda la mitad izquierda de la cara.
- Vales muchísimo más de lo que crees, Dustin. -Murmura Oliver contra mi estomago.

Jooo, no, no me hagáis esto... Que llevo aguantándome toda la tarde...

...

Venga, va, rompo a llorar.

- Os quiero mucho... No quiero que esta familia se rompa, por eso quería...
- Lo sabemos.

Dejo que el calorcito de todos me embriague hasta olvidar donde estamos. Me concentro en sus manos, sus labios, sus susurros... Acaricio la cabeza de Oliver, pues es el único sitio donde puedo moverme y porque el pobre se lo merece.

Después de un rato de agasajos, el rubio saca su móvil.

- Vamos a echarnos una foto. ¿Quién tiene el brazo más largo?

Hikari alarga su brazo robótico para extender la cámara y que nos enfoque a todos. Salimos hechos un desastre llenos de escombros y rasguños, y los ojos enrojecidos por el llanto, pero estamos muy felices. Creo que es la foto más guay que me han hecho nunca.

... ¡La primera foto, de hecho!

- Y ahora...

Oliver se acerca al cuadro donde está su foto con Celia y el tío Daniel y conecta allí su móvil. Ahora somos nosotros quienes adornamos el salón, y la imagen anterior se encuentra en el fondo de pantalla del Doctor.

- Este es el inicio de una nueva etapa de nuestras vidas.

Y yo no podría ser más feliz por vivirla.

Comentarios