Capitulo 21: Dear Dustin [Primer Epílogo]

Llevo gran parte del camino con un estrés encima que no puedo, de verdad. Y no ayuda mucho que Baviera, Hikari y Dionisio me estén acribillando a preguntas... ¿Por qué se han empeñado en acompañarme todos al Parque Güell?

- ¿Tienes el código de las entradas?
- Si, en mi móvil...
- ¿Lo has cargado bien?
- Está al 100% de batería...
- ¿Habéis pensado ya a donde iréis a comer?
- Nathan me va a invitar a pizza...
- ¿Has traído chicles para después?
- No, pero no creo que me hagan falta...
- Uy, créeme, si lo harán.
- ¡Hikari!
- ¿Qué? Algún día tenía que enterarse de que tiene halitosis.
- ... ¿¿Que tengo qué??

Viendo que he entrado en pánico y me estoy oliendo la boca, Oliver decide intervenir. 

- Bueno, ya, ¿no? -Me tiende un paquete de chicles y les dedica una mirada enojada.- Lo estáis poniendo peor de lo que debería. Y tú tranquilo, verás como sale bien. Eres un chico adorable y le vas a encantar. Si no le encantas ya, claro...
- ¿Tú crees?
- Fervientemente.
- ¡Nosotros también lo creemos! -Hikari parece estar arrepentida del comentario de antes.- Eres educado, atento...
- ¡Y muy dulce!
- También eres espabilado, sabes como adaptarte.
- ¡Además eres valiente!
- ¡Eso, eso! ¡Y hoy te va a ir genial!

Siento que me ruborizo ante tantos halagos. Normalmente los declinaría educadamente, pero ahora mismo necesito creérmelos todos.

- A ver, deja que te vea... -Dionisio me levanta la barbilla con cuidado.- ¡Ni un solo corte! Que mañoso te has vuelto con la cuchilla, estoy muy orgulloso.
- Es porque me enseñaste bien...
- ¡No te quites mérito! -Me revuelve el pelo.- ... Mierda. Baviera, ¿el peine...?
- En la guantera.

El padre lo saca de ahí y me arregla el desastre que ha hecho. Consigue dejarme como un pincel, pero como siempre tengo el maldito mechón loco de la nuca...

- ¡Anda, tienes un ahoge! -Exclama Hikari.
- ... ¿Un qué? 
- Luego te lo cuenta. -Baviera para cerca de la entrada del parque.-  Baja, que aquí no me puedo quedar.

Me despido rápidamente y bajo de la furgoneta, aunque al pasar por la ventana del conductor ella me agarra para plantarme un par de besos en la frente.

- ¡A por él, tigre! 
- ¡Gracias!

Los demás me lanzan gritos de ánimo mientras el vehículo se aleja de mi.

Jo, como quiero a mi familia...

-o-

- ... Y por eso se llama Parque Güell, ¡imagina tener tanto dinero como para que Gaudí te diseñe un parque entero!

Nathan lleva un rato hablándome de Antonio Gaudí y de la historia de este lugar, y honestamente, ¡podría escucharle durante horas! Sabe un montón sobre arquitectura y además tiene una voz preciosa...

Por no hablar de cómo le brilla la mirada al ver de cerca los detalles de las baldosas. Ahora se ha quedado prendado de una salamandra gigante de colores. Jo, es tan mono...

- ¿Puedo sacarte una foto con ella?
- ... ¿A mi? -Está entre sorprendido y contento.- ¿Estás seguro? ¿No querrías solo a la salamandra.
- Va, tonto, ¡ponte la lado!

Cuando hace lo que le pido saco mi móvil del bolsillo y busco la cámara en el menú.

...

Mierda, no la encuentro.

- Espera, deja que te ayude... -A pesar de su risilla, no noto nada de burla en el tono.- Pégate a mí, ¡saldremos juntos!

Sentir su mejilla y su cabello tan cerca de los mios hace que me cosquillee el estómago. Lo siento, soy muy gay.

No, ¡soy tremendamente gay!

- ¡Click! -Sonríe al ver el flash, y aun sonríe más al observar el resultado.- ¡A la primera! Eres muy fotogénico.
- Tú también sales muy guapo... ¡Me la pondré de fondo de pantalla!

Y esa era la idea, pero tengo tan mala pata que acaba apareciendo la foto que me hice con la familia el otro día.

- ¿Esos son tus...? ... -Parece contento por un momento, pero luego su expresión se torna triste.- ... Ey, estáis... ¿Qué os pasó?

Oh, no, ahora está preocupado... Se me olvidaba que salimos hechos un cristo y se ven los destrozos de fondo...

- Ah, es... ¿Recuerdas que te dije que mi historia era muy curiosa?
- Si... Oye, si necesitas ayuda...
- ¡No, tranquilo, ya estamos bien! Ven, vamos a sentarnos. Te lo voy a contar todo.

Vamos hacia el banco más cercano, y una vez allí estrecho sus manos para darle seguridad, pues todavía sigue algo inquieto.

- No te mentiré, mi vida no era precisamente un campo de rosas antes de venir aquí. Y enterarme de que mi tío Daniel había fallecido, no ayudaba.
- Lo siento...
- Estoy mejor. Créeme, lo estoy. -Le miro a los ojos con la sonrisa mas dulce que puedo ofrecerle.- Y es que esa noticia fue el comienzo de la loca aventura que vas a escuchar. Todo empezó con una carta: "Querido Dustin, ¡eres mi heredero! Tienes que ir corriendo a España para..."

Le explico cómo Atlas apareció con la carta, y luego nos fugamos de la aldea en su moto. Decido contarle que es un amigo de la familia, que tampoco es que sea mentira, y ya le hablaré de las Mariposas otro día.

Cuando las chicas y Oliver me mantuvieron preso hasta que accedí a ser su tutor legal. Obviamente lo cuento con humor para no los tome por una panda de psicópatas, aunque si lo pienso en frío, ¡si que resulta un poco divertido!

Después de nuestro primer encuentro apareció Dionisio, el padre de Baviera, y le resumo la situación que tenían con mi tío. Hacemos una pausa para reírnos de como Dallas lo dejó sin aliento con solo unas palabras.

Por desgracia le tengo que hablar de Iván y Julieta, y de cómo en el fondo estoy preocupado por ellos. Que nos espiaran fue muy feo, pero ella dijo que no tenían otra opción... Me pregunto donde estarán ahora.

Omito la parte en que Oliver es un científico de 88 años que modificó genéticamente a su hija adoptiva Hikari, porque a ver... Ya me estoy jugando mucho su confianza con lo que le he contado hasta ahora.

Hablando de eso...

- ... ¿Y bien?
- Tenías razón, ¡es una historia muy curiosa!
- ¿No te resulta... Imposible?
- Créeme, en mi familia tenemos un historial fantástico. Pero esas son historias para otro día.
- ¡Jo, ahora siento curiosidad!
- Si te portas bien te hablaré de alguna la próxima vez que quedemos.

¿Ya está pensando en la próxima? No es por vender la piel del oso antes de cazarla, ¡pero esto suena a campanas de boda!

...

Mejor me lo tomo con calma.

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