- ¿Todo bien ahí atrás, colegiales? -Pregunta Dionisio desde el asiento del copiloto.
Hikari, el doctor y yo nos hemos sentado juntos, con nuestras respectivas mochilas en el regazo, y le dedicamos una sonrisa nerviosa a Baviera y su padre. Ellos no tienen que preocuparse del primer día de clase, pero nosotros...
- Mis amigos se han ido a otros grados.
- La última vez que estuve en una escuela fue en la aldea.
- De niño nunca fui al colegio.
Baviera frena en seco. Y no es la única que se ha llevado este susto, los demás también miramos a Oliver como si le hubiesen salido escamas en la piel. Este mantiene la vista fija en su nuevo material, con las gafas ocultas tras un par de mechones de su flequillo despeinado.
- ... Fui autodidacta. No fue hasta ser adulto que pude pagarme unos estudios. -Tiene sentido, siendo huérfano... Ahora estoy súper triste.- Creí que recordar lo que hacían mis alumnos sería suficiente para cumplir mi papel, pero... -Se aparta el cabello de la cara y arruga la camiseta de Metallica.- Está claro que ya nadie hace estas cosas, ¿verdad?
- No mucho... -Hikari le acaricia la cabeza...- Aunque a mi me gusta cómo te queda
- Gracias... Aunque no he venido a hacer amigos, y desde luego las asignaturas no van a suponer ningún problema. ¿Por qué estoy tan nervioso, entonces?
- Este es un campo que no conoces. -Baviera se ha apoyado en el respaldo de su asiento para poder mirarlo mejor.- Normalmente te mueves en círculos donde la gente ya sabe quién eres, no tienes que aprender conductas nuevas, y además mandas tú.
- ¡Pero si yo de jóven me comía el mundo! Me adaptaba a lo que la vida me echase encima y trabajaba sobre la marcha...
- ¡Toma, y yo! -Dionisio ríe suavemente.- Pero estamos muy mayores, doctor, sobre todo tú. No te ofendas...
- No me ofendo, tienes razón. Yo ya he tenido una vida, y ahora estoy en la etapa de sentarme en casa y leer el periódico. No me toca ir al colegio, no me toca dar clases de educación física... Es tarde para todo eso.
- ¿¿Según quién??
Ahora soy yo quien habla. Y estoy bastante indignado, la verdad, ¡no me puedo creer que le esté oyendo decir eso!
- ¿Qué fue del doctor que me dijo que podía conseguir lo que quisiera? ¡Llevas todo el verano dándome ánimos para que estudie! ¡Y soy un paleto que casi se pone a llorar porque tenemos un retrete! Tú más que nadie me recuerdas que nunca es tarde para empezar una vida nueva, por dura que la vieja haya sido. No pienso dejar que no te apliques el cuento. Y si estás cansado, te ayudaremos. Y si tienes agujetas, te llevaremos en brazos. No vas a hacer esto sólo, ni tú, ni yo, ni Hikari. ¡Y a ti también tengo algo que decirte, jovencita!
Siento las miradas de Dionisio y Baviera en mi nuca, sonriendo de oreja a oreja después de oír mis palabras, y preparados para lo que le diré a Hikari.
- ¿No decías que eras la tía más guay del instituto?
- Si, pero... No todo el instituto lo sabe.
- ¡Yo tampoco iré a clase con mis amigos! Nathan y Dallas van a otro centro, y aun así hablamos todos los días. Este curso voy a conocer gente nueva, ¡y tú también! ¡Y van a flipar con lo fantásticos que somos! ¡Van a hacer cola para conocernos!
- Exagerado... -Pero me lo dice sonriendo, hasta con cierto orgullo en la mirada.- ¡Pero también quiero compartir el recreo con vosotros!
- ¡Así me gusta!
- Supongo que ahora viene la parte en la que damos ánimos a Dustin, pero... -Baviera vuelve a arrancar el coche.- Estoy bastante segura de que ya no le hace falta.
- Exagerado... -Pero me lo dice sonriendo, hasta con cierto orgullo en la mirada.- ¡Pero también quiero compartir el recreo con vosotros!
- ¡Así me gusta!
- Supongo que ahora viene la parte en la que damos ánimos a Dustin, pero... -Baviera vuelve a arrancar el coche.- Estoy bastante segura de que ya no le hace falta.
Sonrío y ayudo a Oliver a quitarse la camiseta del grupo (debajo lleva otra más fina), y Hikari alarga su brazo robótico para arreglarme el pelo. Al llegar a la zona de parking del centro escolar, bajamos de la furgoneta y los demás nos despiden con la mano.
- ¡Pasadlo bien! A nosotros nos toca bañar al tío Apolo.
- Con suerte hoy no intentará hundirme la cabeza en la bañera...
Nos reímos por lo bajo mientras se alejan de nuevo por la calle central. Vamos los tres un poco cagados, pero con más confianza que antes.
El instituto donde vamos a estudiar se compone de tres zonas: El area de los alumnos de secundaria, el area de grados y bachillerato, y el area de enseñanzas universitarias. Cada uno de nosotros irá a una de esas zonas y nos reuniremos en la cafetería a la hora del almuerzo.
- ¡Buena suerte!
- ¡Mucho ánimo!
- ¡Portaos bien!
Siguiendo la guía del centro llego a mi primera clase, el aula de electrónica. Se trata de una sala parecida a un teatro romano, sólo que en cada asiento hay un escritorio con un teclado y una pantalla holográficos. Ya han llegado unos cuantos alumnos antes que yo, lo cual me pone un poco nervioso... ¿Dónde me siento?
- ¡Aquí, aquí! -Oigo una voz detrás de mi. No va por mi, seguramente, así que sigo buscando un sitio.- ¡Joé, Dustin,aquí!
Vale, sí, va por mi. Al girarme encuentro a... ¿Es un chico o una chica?, de piel oscura y cabello negro muy rizado. En la mano con la que me saluda puedo ver un par de tiritas de colores con dibujos de animales. ¿Cómo sabe mi nombre? Ay, espero que no sea uno de estos casos donde alguien me conoce y no me acuerdo, qué vergüenza...
- ¡Me llamo Brooke! -Me sacude enérgicamente con un apretón antes de sentarme a su lado.- ¿Y tú?
- ... Me acabas de llamar por mi nombre.
- Noooooo... -Ríe nerviosamente.
- Siiiiii...
- ...
- ...
- ... ¿Cómo te llamas?
- ... Dustin. -Suspiro dándome por vencido. Ya le preguntaré a Atlas por qué las Mariposas han decidido vigilarme en la universidad (es bastante evidente que se trata de eso, no podría ser menos sutil...).
- ¡Tienes que pasar tu identificación por esta ranura!
Ah, si, a todos los alumnos nos dan una de estas. Si la deslizo por el lector del teclado, en la pantalla aparecerán mi nombre y mi apellido. Es una forma sencilla de que los profesores puedan hablarnos sin tener que decir "¡eh, tú"
... Lamentablemente se han equivocado con mi registro: Justin Price.
- Qué mal, tronco, ni el apellido te han puesto bien...
- ¿Y tú cómo sabes cual es mi apellido? -Pregunta retórica, pero al menos quiero divertirme un poco con las excusas que se inventa.
- ... ¡Anda, mira, ahí viene la profe!
Entonces aparece por fin nuestra profesora. Es una mujer de mediana edad, con cabello rubio ceniza recogido en un moño desordenado, y vestida con ropa holgada que la hace parecer aún más delgada. A su apariencia frágil le acompañan una piel pálida, unas ojeras casi tan marcadas como las mías y el puente de sus gafas pegado con cinta transparente. Diría que no se tiñe las canas, a diferencia de Dionisio (aunque él quiera negarlo).
Al llegar al centro del aula, la pobre se tropieza con un cable y se le caen las carpetas al suelo. Agradezco bastante que nadie se ría en esta situación, odiaba cuando eso me pasaba en la aldea. Un par de alumnos la ayudan a recoger todo y dejarlo sobre la mesa.
- Siento mucho el estropício... -Habla tímidamente, cansada y avergonzada, pero gracias al micrófono nos enteramos todos.- Soy la profesora Snowbird, y seré vuestra profesora de electrónica durante este curso.
Dios mío, me está dando mucha lástima... No parece cómoda ahí abajo. Responde a las preguntas de los alumnos de forma educada, pero tartamudea bastante y se le cae el rotulador de la pizarra a menudo.
- ¡Esto es increíble! -Snowbird se ha asomado a ver qué hacemos Brooke y yo con nuestro proyecto.- Hacía tiempo que no veía este despliegue de creatividad... Lástima que no sea lo que os he pedido... Lo siento...
En mi defensa diré que la culpa ha sido mayormente de Brooke. A la mínima que me despisto ya está montando cosas que no se ni qué rábanos son, yo tengo que ir arreglando las pifias detrás de... ¿Elle? Espero no ofenderle si me equivoco, el neutro se me da mejor en inglés que en español...
- Lo siento...
- ¡No pasa nada, Price! Si algo valoro es la capacidad de innovar... -Nos acaricia las mejillas.- Ojalá pudiera daros un sistema de puntos, os lo mereceis... Pero claro, esto es la universidad... Mal que me pese... En fin, voy a ver qué hacen los demás...
Qué dulce es... Casi no parece una profesora. Me da hasta pena decirle cómo me llamo de verdad, no quiero que vuelva a sentir vergüenza. Es un pequeño sacrificio que estoy dispuesto a hacer para que sea feliz.
- ¿Ves como al final le ha gustado?
- Le ha gustado porque es un ángel, no porque esté bien. -Le quito el destornillador.- Escúcha, si vamos a ser amigos necesito que te centres un poco y cooperes conmigo.
- ¿¿Seremos amigos?? -Cualquiera diría que le estoy echando la bronca, qué feliz que está...
- Si no me haces suspender la carrera, sí.
- Siempre puedo cambiarte las notas...
- ¡¡Brooke!!
- ¡Es broma, es broma! Tampoco tengo la capacidad de hacerlo.
Algo me dice que sí, pero no me apetece comprobarlo y dejar en evidencia mis valores éticos...
Me espera un curso muy largo.
- ¡Pasadlo bien! A nosotros nos toca bañar al tío Apolo.
- Con suerte hoy no intentará hundirme la cabeza en la bañera...
Nos reímos por lo bajo mientras se alejan de nuevo por la calle central. Vamos los tres un poco cagados, pero con más confianza que antes.
El instituto donde vamos a estudiar se compone de tres zonas: El area de los alumnos de secundaria, el area de grados y bachillerato, y el area de enseñanzas universitarias. Cada uno de nosotros irá a una de esas zonas y nos reuniremos en la cafetería a la hora del almuerzo.
- ¡Buena suerte!
- ¡Mucho ánimo!
- ¡Portaos bien!
-o-
Siguiendo la guía del centro llego a mi primera clase, el aula de electrónica. Se trata de una sala parecida a un teatro romano, sólo que en cada asiento hay un escritorio con un teclado y una pantalla holográficos. Ya han llegado unos cuantos alumnos antes que yo, lo cual me pone un poco nervioso... ¿Dónde me siento?
- ¡Aquí, aquí! -Oigo una voz detrás de mi. No va por mi, seguramente, así que sigo buscando un sitio.- ¡Joé, Dustin,aquí!
Vale, sí, va por mi. Al girarme encuentro a... ¿Es un chico o una chica?, de piel oscura y cabello negro muy rizado. En la mano con la que me saluda puedo ver un par de tiritas de colores con dibujos de animales. ¿Cómo sabe mi nombre? Ay, espero que no sea uno de estos casos donde alguien me conoce y no me acuerdo, qué vergüenza...
- ¡Me llamo Brooke! -Me sacude enérgicamente con un apretón antes de sentarme a su lado.- ¿Y tú?
- ... Me acabas de llamar por mi nombre.
- Noooooo... -Ríe nerviosamente.
- Siiiiii...
- ...
- ...
- ... ¿Cómo te llamas?
- ... Dustin. -Suspiro dándome por vencido. Ya le preguntaré a Atlas por qué las Mariposas han decidido vigilarme en la universidad (es bastante evidente que se trata de eso, no podría ser menos sutil...).
- ¡Tienes que pasar tu identificación por esta ranura!
Ah, si, a todos los alumnos nos dan una de estas. Si la deslizo por el lector del teclado, en la pantalla aparecerán mi nombre y mi apellido. Es una forma sencilla de que los profesores puedan hablarnos sin tener que decir "¡eh, tú"
... Lamentablemente se han equivocado con mi registro: Justin Price.
- Qué mal, tronco, ni el apellido te han puesto bien...
- ¿Y tú cómo sabes cual es mi apellido? -Pregunta retórica, pero al menos quiero divertirme un poco con las excusas que se inventa.
- ... ¡Anda, mira, ahí viene la profe!
Entonces aparece por fin nuestra profesora. Es una mujer de mediana edad, con cabello rubio ceniza recogido en un moño desordenado, y vestida con ropa holgada que la hace parecer aún más delgada. A su apariencia frágil le acompañan una piel pálida, unas ojeras casi tan marcadas como las mías y el puente de sus gafas pegado con cinta transparente. Diría que no se tiñe las canas, a diferencia de Dionisio (aunque él quiera negarlo).
Al llegar al centro del aula, la pobre se tropieza con un cable y se le caen las carpetas al suelo. Agradezco bastante que nadie se ría en esta situación, odiaba cuando eso me pasaba en la aldea. Un par de alumnos la ayudan a recoger todo y dejarlo sobre la mesa.
- Siento mucho el estropício... -Habla tímidamente, cansada y avergonzada, pero gracias al micrófono nos enteramos todos.- Soy la profesora Snowbird, y seré vuestra profesora de electrónica durante este curso.
Dios mío, me está dando mucha lástima... No parece cómoda ahí abajo. Responde a las preguntas de los alumnos de forma educada, pero tartamudea bastante y se le cae el rotulador de la pizarra a menudo.
-o-
- ¡Esto es increíble! -Snowbird se ha asomado a ver qué hacemos Brooke y yo con nuestro proyecto.- Hacía tiempo que no veía este despliegue de creatividad... Lástima que no sea lo que os he pedido... Lo siento...
En mi defensa diré que la culpa ha sido mayormente de Brooke. A la mínima que me despisto ya está montando cosas que no se ni qué rábanos son, yo tengo que ir arreglando las pifias detrás de... ¿Elle? Espero no ofenderle si me equivoco, el neutro se me da mejor en inglés que en español...
- Lo siento...
- ¡No pasa nada, Price! Si algo valoro es la capacidad de innovar... -Nos acaricia las mejillas.- Ojalá pudiera daros un sistema de puntos, os lo mereceis... Pero claro, esto es la universidad... Mal que me pese... En fin, voy a ver qué hacen los demás...
Qué dulce es... Casi no parece una profesora. Me da hasta pena decirle cómo me llamo de verdad, no quiero que vuelva a sentir vergüenza. Es un pequeño sacrificio que estoy dispuesto a hacer para que sea feliz.
- ¿Ves como al final le ha gustado?
- Le ha gustado porque es un ángel, no porque esté bien. -Le quito el destornillador.- Escúcha, si vamos a ser amigos necesito que te centres un poco y cooperes conmigo.
- ¿¿Seremos amigos?? -Cualquiera diría que le estoy echando la bronca, qué feliz que está...
- Si no me haces suspender la carrera, sí.
- Siempre puedo cambiarte las notas...
- ¡¡Brooke!!
- ¡Es broma, es broma! Tampoco tengo la capacidad de hacerlo.
Algo me dice que sí, pero no me apetece comprobarlo y dejar en evidencia mis valores éticos...
Me espera un curso muy largo.
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