Si tomara un chupito por cada vez que he visto a Dustin resoplar esta mañana... Quequé tendría que llevarme corriendo el hospital.
- Pero mira que es tonte... -Me estoy partiendo la polla con Brooke.
- Pero mira que es tonte... -Me estoy partiendo la polla con Brooke.
- Pues le has mandado tú, Atlas... -Anda que no se ríe la jodida. Con los controles de su teclado hace zoom en la mesa de trabajo del dúo. La han dejado perdida de botones, tornillos, cables y conexiones.
- El chico dijo que iba a estar sólo en clase, no lo pude evitar. Y como tienen la misma edad...
Aún recuerdo el día que le recomendé a Monarca. Quince años tenía, la criaturita. Ella me dijo que si no era demasiado jóven para trabajar con nosotros, así que le dije "¿quieres que te lo demuestre?". Brooke siempre ha tenido talento para trepar y colarse en sitios, así que le dí la dirección de su casa y bueno... El resto es historia.
- Me alegra que estés más tranquilo ahora que están juntos. -Me dedica una mirada pícara.- Imagino que ahora podemos cambiar de canal...
- Te has enganchado al secuestro este, ¿eh? Llevas toda la semana que no cagas. -Me siento a su lado con una birra y sintonizamos con el baño de los Rice.- Menos mal que la IA de las cámaras censura automáticamente los desnudos, no me apetece verle la gamba al cura cowboy mercenario.
- A mi no me importaría... -Me la quedo mirando alucinado.- ¿Qué? Tengo curiosidad.
- ¿En serio, tía? -La miro súper serio unos segundos, pero no puedo aguantarme la sonrisilla.- ¿¿Estando Dionisio ahí, se la quieres ver al tirillas??
- ¿Nunca has estado en unas duchas comunitarias, o q...?
Nos interrumpe el sonido del agua siendo sacudida violentamente. Si, Apolo ya vuelve a intentar ahogar a Dionisio. Cassandra aparece corriendo y agarra al cowboy del cabello para inmobilizarlo, mientras Baviera se lleva a su padre de allí.
- Tiempo record. -Comento la jugada.
- Te lo dije, aún es pronto para que se calme.
- Sólo quería asustarlo un poco. -Apolo está petrificado, mirando fijamente al techo con una expresión neutra.- Normalmente lo meto más hondo.
- ¿Y qué ganas con eso?
- Compensación. -Saca un brazo del agua para mostrarle viejas marcas de arañazo.- Verano de 2011, tuvieron que llevarme a urgencias.
- ¿No dice tu Dios que hay que perdonar?
- ... Te odio.
Adoro a esta tía, en serio. Soy súper fan. Siempre tiene las mejores contestaciones contra este meapilas raquítico.
- Tu odio no me hace daño. Pero le hace daño a Dionisio. A tu hermano. -Le da toques en el brazo con un dedo.- A tu sangre.
- Si, mi sangre, muy a mi pesar. -Mira fijamente las burbujas del agua.- No puedo evitarlo. Le veo y pienso en cuanto lloraba Madre. Aunque ella opina como tú, claro...
- A veces quienes más queremos nos hacen sufrir. ¿Por eso quisiste llevarte a Dustin? ¿Lloraba su madre?
- Como si el chico hubiese muerto. Pobre mujer, si supiera en lo que se ha convertido...
- Lo que ya era, Apolo.
- No. Nadie nace degenerado.
- ¡Hundele la cabeza, mujer! -Le grito a la pantalla. -No sé de donde saca la paciencia...
- Yo ya le habría chocado la frente contra la bañera... -Añade Quequé.
En ese tiempo, Cassandra saca un peine de la cajonera y comienza a cepillar su larga melena rubia. Permanecen unos minutos en silencio hasta que ella decide volver a hablar.
- ¿Cuando te gustó una chica por primera vez?
- ... Creo que fue poco antes de acabar la enseñanza elemental. Aún era un niño.
- ¿Y qué sentiste?
- Casi no lo recuerdo. Pero mayormente, vergüenza. Pensaba que ella nunca me querría.
- Pero era bonito, ¿verdad? Las cosquillas, el latir del corazón rápido cuando ella te sonreía...
- ... Supongo, sí. Me cuesta recordar los sentimientos felices, por algún motivo. Pero puedo ver a qué te refieres...
- Mi hermano tenía ocho años cuando le gustó un chico por primera vez.
¡Ja! A ver cómo le responde a eso...De momento se ha quedado calladito, aún mirando la superficie del agua. Aunque para la mierda que va a soltar, mejor que se quede así.
- E imagino que nadie le dijo que eso estaba mal.
- En mi familia hay varios referentes LGBT, así que sabíamos que era normal y aceptable. Y sin embargo, ¿sabes qué más sentía?
- Iluminame.
- Miedo. La gente como tú existe en todas partes, y él lo sabía. Además, le daba miedo enamorarse de su mejor amigo. Y en el fondo se sentía culpable por no poder darle nietos a mis padres. Así se pasó años sin decirnos nada. Yo lo sabía y mi madre ya lo sospechaba, pero mi padre es bastante despistado para estas cosas. Cuando por fin lo dijo publicamente, mi padre lloró.
- Puedo entenderle.
... Calla, ¿habrá calado? ¿Bajará por fin del burro este pedazo de gilipollas?
- En mis tareas de párroco suelo escuchar a niños y jóvenes. Es más, me gusta hacerlo. Me gusta saber que pueden confiar en alguien. No me entiendas mal, la conducta de tu hermano me sigue pareciendo asquerosa, pero... Si alguno de mis chicos me hubiese confesado algo así, nunca sabría qué decirles. Querría ayudarles, pero esa ayuda les haría daño.
- No lloró porque mi hermano fuera gay. Lloró porque... Bueno, porque es un llorón, pero también se sentía mal. Culpable. Si su hijo no había sido capaz de confiarle algo así, era su culpa por no haber creado un ambiente propicio para ello. Ahora ponte en el lugar de uno de tus niños, ¿piensas que un niño como mi hermano hubiera tenido una reacción parecida, sabiendo cómo son esas familias?
- Lo dudo mucho. Seguramente se lo habría callado toda la vida.
Por un momento nos asustamos al ver que se mueve, pero sólo es para poder girarse y mirarla de frente. Parece muy serio...
- Escucha, no soy estúpido. Sé que esto no es algo que ocurra porque a uno le guste. Que el mundo será cruel con ellos. La diferencia es que tú ves su condición como algo bueno y yo lo veo como... Bueno, ya conoces mi opinión.
- Un degenerado, ya. Pero tú mismo has dicho que nadie nace así.
¡¡Tomaaa!! Quequé y yo nos miramos con la boca abierta, una mezcla entre alegría y sorpresa. Además del evidente y merecido escozor en el orgullo, se lleva la mano a la cara riendo cansadamente.
- Toda la vuelta que has dado para devolvermela. ¿Y sabes qué es lo peor? Que no es la primera vez que me haces esto. Por eso te odio. No tanto por como eres, que también, sino por cómo me acorralas con tu fría lógica. No tienes fisuras y eso me irrita. Debo tener dignidad y admitirlo.
- Sólo quiero que entiendas por qué se fue Dustin. Él ya era así, como es él, e iba a sufrir de quedarse. A veces quienes más queremos nos hacen sufrir.
- ... Igual que mi madre se fue de casa de Dionisio.
¡No me puedo creer que haya sumado dos y dos! Tiene la cabeza gacha, con las manos agarradas al borde de la bañera, aun dejándose peinar por la otra. No hay chulería en su tono, ni intención de dar pena, sólo eso: Ha sumado dos y dos.
- Los dioses son justos, pero a veces ponen en nuestra vida más cosas de las que podemos soportar. No es nuestra culpa querer sobrevivir.
- Debería reflexionar sobre todo esto esta noche. Es muy posible que lo haga...
- Te lo agradecería. -Ríe suavemente.- No puedo hacer todo el trabajo por ti.
- Tampoco es que te lo esté pidiendo... -Aparta la mirada, un poco molesto.- Siempre puedes dejarme marchar.
- Sabes por qué estás con nosotros. Además, así te protejo, ¿tú has visto a tu sobrina y su novia?
- Honestamente, me dan más miedo las intenciones que tienen con mi pelo. Antes las he visto entrar en mi cuarto cargadas de pinzas y rulos...
- ... Quequé, ¿¿eso ha sido un chiste?? -Flipo, FLIPO.
- Intento de chiste. Pero venga, minipunto para el cura.
- Pero no hablo sólo de esto. -Cassandra ríe un poco, pero vuelve a ponerse seria al rato.- Las cosas no están tranquilas en esta casa. Mi hermano ya me avisó de que aquí ha habido cosas raras antes de llegar tú. No deberías estar metido en un fuego cruzado.
Ah, si, el asunto de la empresa rival... Por no hablar de lo de Monarca, claro. No quiero ni pensar cómo se pondrá Dustin cuando se entere, más aún cuando sepa que todos estabamos enterados de la copla menos él.
- ¡Pues dejame ir! -Extiende los brazos en una pose de "¿yo qué se?"- O llevame a un bosque y átame allí, si total...
- ... ¿Te puedo hacer una pregunta?
- ¿Tengo elección?
- Antes has dicho que te acorralo con mi fría lógica... ¿Ese es el concepto que tienes de mi? ¿Piensas que soy fría?
- No del todo. Sé que a la mínima que abro la boca me cae un tortazo, así que simplemente os observo en silencio. Y veo cómo os relacionais entre vosotros, cómo tratas a esta familia.... Aquí todos te adoran y es mutuo.
- Entonces, piensas que soy fría contigo.
- ¿Por qué no deberías? Estoy constantemente poniendo a prueba tu paciencia y la de tus seres queridos, llamandoos degenerados (que lo sois), y a la mínima que puedo maltrato a Dionisio. ¿Merezco acaso otro trato?
- ... -Le recoge el cabello en una coleta.- En fin, te dejo sólo para que te vistas. ¿Algo que te apetezca cenar?
- Lo que me sirvais, yo lo comeré. No soy como otros...
- Ya... Te veo luego, entonces.
La vemos salir de la habitación, haciendose el silencio. Hasta en nuestra oficina nos hemos quedado mudos (pues a veces se nos unen más agentes a cotillear).
- ... ¿Está pasando lo que yo creo que está pasando? -Mi chica al fin corta la tensión.
- Me la voy a jugar y decir que ambos están descubriendo cosas que le intrigan del otro. Intrigas que pueden acabar en algo muy interesante...
- Eso no explicaría por qué Cassandra se ha ido tan triste...
- Mierda, esa era mi segunda opción. Me da que la pobre piensa que la gente la ve distante.
- Me da pena. Entiendo que él no se relaciona mucho con la gente, pero es que ella se vuelca con él. Qué mínimo que le dé un abrazo... Preferiblemente cuando ambos estén vestidos y tal...
- Creo que a este pavo le falta quitarse muuuchas capas emocionales de encima antes de eso. Pero sí, a ambos les iría bien sentarse a hablar de sus feelings y tal. Él necesita darse cuenta de que no todo el mundo tiene malas intenciones, y ella de que la gente no le tiene miedo.
- ... Creo que ella también necesita saber que pueden quererla tanto como ella les quiere. -Se acerca a la pantalla.- No la fastidies, Apolo...
- ... ¿Quieres ver cómo va Dionisio?
- ... ¿Quieres ver cómo va Dionisio?
Cambio de canal y nos encontramos al señor y su hija Baviera, sentados en la habitación de él. Dionisio tiene la cabeza apoyada en sus manos y los codos en las rodillas, mientras que la chica le frota la espalda.
- Sólo querías cepillarle el pelo, tampoco hacía falta ponerse así...
- Considerando que solía tirarle de él con bastante frecuencia, ahogarme es lo mínimo que me merezco.
- Papá... Ya hemos hablado de esto. Aunque hicieras cosas muy feas, el resto de tu vida lo has dedicado a ser mejor persona. Nos cuidas mucho a todos nosotros...
- Debí haber cuidado de él...
- ¡Puedes hacerlo, ahora tienes la oportunidad!
- Se pone a la defensiva cada vez que lo intento, y no le culpo...
- ¡Papá, ya!
- ¡Ahora no me estaba autocompadeciendo! -Replica agobiado.- Lo digo porque se nota que el pobre vive asustado. Esto no deja de ser un secuestro...
- ¡Pero si lo tenemos a cuerpo de rey! Lo sentamos con nosotros en la mesa, le cuidamos el cabello, ¡el Doctor fue a comprarle una Biblia porque no le gusta ver la TV! -Suspira.- Es de nuestra familia, y yo ya le quiero...
- Yo también le quiero... Pero confiar en nosotros es algo que depende de él.
- Lo sé... Pero no te machaques más, por favor. -Le da un beso en la frente.- Voy a ver cómo va Cassandra, ¡quiero que me enseñe a cocinar platos británicos!
- Dale, yo me quedo aquí un rato. Necesito descansar...
Quequé y yo vemos como Baviera corre por el pasillo y llega hasta la cocina, donde abraza a Cassandra por la espalda. Las chicas ríen juntas mientras sacan los ingredientes y utensilios para preparar el almuerzo.
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