Capítulo 2.17.: Gente Normal.

Snowbird y Novikov nos cuentan cómo se conocieron y por qué separaron sus caminos. Tanya suelta más comentarios venenosos sobre Oliver, pero él no le replica en ningún momento. A la que si debo controlar un poco es a Hikari, pues no le hace ninguna gracia que se hable mal de su padre. Por suerte, Brooke también me ayuda a mantenerla a raya.

Tras eso, el Doctor le explica a la profesora cómo acabó en este estado. Ella le escucha atentamente, pero se nota que todavía está muy enojada.

- ¿¿Y al final no usaste la máquina con Daniel??
Tanya... -Se quitó las gafas para frotarse la cara, frustrado.- Él mismo me lo pidió.
- Claro, como casi la espichas...
- No fue por eso... O sea, sí, quiso morir bajo sus propios términos. Pero también me habló de ti y... -Algo lo pone en alerta.- Luego te lo cuento, hay que irse.
- ¡¡De eso nada!! -Lo agarra del brazo, alterada.- ¿¿Qué te dijo de mi??

Los científicos forcejean y los jóvenes tratamos de separarlos... Hasta que ya es demasiado tarde. Otro grupo de matones con pasamontañas rodean el coche.

- ... Mierda. -Es lo único que puedo articular.- Coño.
- ¿Qué hacemos? -Hikari saca otro kunai de su falda.
- Resistirse es inútil... Nos superan en numero, y solo tú sabes luchar. -Brooke abre la puerta y baja elle primere.- Si cooperamos no habrá más riesgos.
- ¡Pero...!
- Cielo. -Oliver la mira seriamente.- Hazle caso. Id bajando, yo os sigo ahora...

¿¿En serio?? ¿¿Ya está?? Vaya día de mierda... Bajamos con toda la desgana, mirando a nuestros captores con cara de asco. Nos colocan unos sacos en la cabeza, nos meten en lo que asumo que es otro coche y nos trasladan en silencio.

-o-

Tras varios minutos de trayecto, bajamos del vehículo y nos obligan a bajar por unas escaleras. Ya pensaba que nos encerrarían en un calabozo o algo así, pero entonces oímos una voz familiar...

-Sentadlos.

Resulta que los asientos de una persona secuestrada son más cómodos de lo que esperaba. Por el olor yo diría que son de cuero. Una vez que los cinco estamos atados, los matones nos quitan los sacos.

De nuevo, mis expectativas no me habían preparado para un garaje de lujo. Además de coches que podrían comprar mi aldea entera, la instalación cuenta con maquinaria de primerísima gama. Y ante nosotros se encuentra nuestro "huésped" junto a su escritorio.

Si no le hubiese reconocido antes por la voz, la sorpresa de ver a Lazarus Stradivarius frente a mi habría sido mayor. Eso no quita que me sienta igualmente traicionado. ¡Parecía que hacíamos buenas migas!

...

Hasta que lo mandé sutilmente a la mierda por meterse con Oliver. Joder, no esperaba que le fuera a sentar tal mal...

- De verdad que no quería hacer esto por las malas. -Me dedica una sonrisa.
- ¡Pero si solo hemos hablado una vez! Me llegas a pillar de buen humor y nos hacemos amigos. No eres el primer tío que me secues...
- Silencio. -Me cierra los labios con un dedo. Luego se dirige a Oliver.- Sin rodeos: Tú eres el Doctor Novikov y tienes algo que yo quiero. Si, ya sé que todo eso es secreto, tengo espías. No, no esperaba que me lo fueras a dar sin más. Mi idea era camelarme al joven Rice y colarme en el núcleo familiar.
- ¡Tengo novio! -Replico.
- ... Pues bien por ti. -Me da la espalda y se dirige a su escritorio.
"Tampoco estás tan bueno, putón..." -Murmura Hikari, imitando la voz de Lazarus, y los demás nos aguantamos la risa.

Mientras rebusca en los cajones de su escritorio, Lazarus también murmura. "¿Por qué nadie me dijo que tenía novio? ¿Para eso tengo espías? He hecho un ridículo espantoso..."

- ¿Tenías que liarla así en clase? -Pregunta Brooke.
- Sé que disponéis de cierta protección en casa. No me la juego con esas "mariposillas".
- Sabes que tienes une aquí, ¿verdad? Las Mariposas estamos en todas partes. Además, habrías llamado mucho menos la atención. Todo el centro escolar se ha enterado de...
- ¡Silencio! -Esta vez no usa el dedo, sino toda la mano. Y parece cada vez más irritado...
- Y aunque hubieses ido a casa, -Continúa Hikari.- ¿tampoco sabías que estaba yo?
- ¡No es culpa mía, ¿vale?! ¡Se suponía que eso me lo tenía que contar mi prima! Pero la muy rata huyó...
- ... ¿Tu prima? -Algo en mi cerebro hace "click".- ¿Julieta es tu prima?
- ¡Si, es mi prima, ¿a ti qué te importa?!
- ¿No la has vuelto a ver?
- Llevo meses sin saber nada de ella, ni de su marido. Y como mi segundo plan también ha fallado... Toca el plan C.

Se acerca a nosotros con un par de cartas antiguas, y una botellita de contenido sospechosamente verde.  Toma un asiento con ruedas y se coloca delante del Doctor.

- Es una pregunta muy fácil de responder, Novikov. Incluso sin un suero de la verdad como este. -Lo sacude levemente para que lo vea.- ¿Dónde está la máquina de rejuvenecimiento celular? -Pero Oliver no dice nada. Ahora que me fijo, lleva un buen rato callado. Al no recibir una respuesta, Lazarus le muestra las cartas viejas.- Siempre hablabas de que algún día lograrías superar a la naturaleza. Se lo contabas todo mi abuelo, ¿verdad? Se nota que eráis amantes...
- Qué va, si le dio calabazas... -Se me escapa una risilla.
- ¿¿Perdón?? -Hikari abre la boca de par en par.- ¿¿Y este salseo con mi padre??
- Anda, no soy el único cadáver emocional que ha dejado este vejestorio... -Murmura Tanya. Quiero explicarle cómo se equivoca, pero...
- ¡¡Silencio!! -Esta vez le ha salido un gallo con la orden.- ¡Y tú, maldito enano, vas a...! -Le agarra la mandíbula para echarle el suero por la boca, pero entonces se da cuenta de que algo va mal.- ... Serás cabrón.

Aaah, ya entiendo por qué se quedó un momento atrás... ¡Ha dejado su dentadura postiza en el coche! Pero él encoge sus hombros con una sonrisa inocente, como si no hubiese hecho nada para incordiar a Lazarus.

- Ya te esperabas esto, ¿verdad, puñetero? -Stradivarius fuerza una sonrisa. Es la misma cara que ponía yo, cuando quería fingir que no me dolían los comentarios de mi padre. Aunque yo no tenía tics en el ojo como Lazarus (que yo sepa).- No pasa nada, puedo sacárselo a los demás...
- Yo no sé una mierda. -Hikari encoge sus hombros.- A mi no me deja tocar sus cosas.
- A mi no me deja entrar en el laboratorio. -Brooke se queda mirando el vuelo de una mosca.- Dice que rompo cosas.
- A mi me desterró de su vida. -La profesora sigue con lo suyo...
- Y a mi nadie me cuenta nunca nada. -Suelto un bostezo.- Aunque esta vez lo agradezco.
- ¿Es... Estás bostezando? -Uy, eso le ha ofendido...- ¿¿Me estáis vacilando?? ¿¿Acaso no tenéis miedo??
- Bueeeeno... -Busco en mi cabeza la forma más educada de decírselo.
- Eres patético.- Pero Hikari se me adelanta.- El cura cowboy mercenario que tenemos por mascota da mas miedo que tú.
- Yo soy agente secrete, he visto de todo.
- Yo sigo cabreada con este. -Snowbird entrecierra los ojos.- Aunque también podría ser el porro de antes. ¿Tengo los ojos rojos?
- Está usted preciosa, señorita.
- Gracias, Justin.
- Ah, en realidad me llamo Dustin. Sé que no es un buen momento pare decirlo, pero...
- ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!

Nos hemos llevado un susto por primera vez desde que entramos aquí. Lazarus se ha puesto a darle patadas a las ruedas de los coches, gruñendo y gesticulando agresivamente.

- ¿¿POR QUÉ NO PODÉIS SER GENTE NORMAL??

Creo que lo hemos roto...

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